Por: Jorge Cocio
Título: Para robarle el secreto a la muerte
Autor: Jorge Sandoval 
Editorial: Editorial Bukowski


“La palabra placer, cómo corría larga y libre por tu cuerpo la palabra placer” Gonzalo Rojas


     Siglos atrás el filósofo Arthur Schopenhauer escribió el libro: El amor, las mujeres y la muerte. Un título fascinante que permite darnos cuenta de que durante toda la historia de nuestra vida convivimos con cada una de ellas que terminan definiendo quienes llegamos a ser; sobre todo la última de ellas. ¿Pero qué podemos hacer ante la muerte además de comprenderla? Esto es lo que intenta responder Para robarle el secreto a la muerte.

 Para robarle el secreto a la muerte es el segundo libro del poeta chileno radicado en la ciudad de Chillán Jorge Sandoval (1977), autor ya de una obra previa: Destiempo (2015), la cual era una presentación de una poesía en potencia a ser escuchada. Y mientras que en el anterior texto teníamos pinceladas de los tópicos de su interés como: lo cotidiano, lo poético, el erotismo o la crítica social; en este caso es el amor, las mujeres y la muerte lo que motivan al poeta a escribir. Con una portada sugerente que permite acercarnos a un contexto no tan extremo como las imágenes, pero si en su trasfondo.

De esta forma tenemos los versos del poema Se abre el cielo de tus caderas que dicen: En el vaivén de tus caderas / Se tornan las ganas volcán / Derriba entonces los puentes / Caen los demonios derrotados, donde el placer es lo único que al parecer nos puede salvar de la derrota.
 En tanto, en el texto Aldea tenemos:   Entonces en una pequeña aldea / Metáfora necesaria de los universos contenidos / Fueron a fuego / Fueron el agua diluida entre los dedos / Fueron llama silenciosa y frenética/  Y siguieron los amantes en secreto con el griterío en el pecho. Que encierra el sueño de los amantes en un microcosmos, como en la película La laguna azul. Muy romántico pero muy idealista al mismo tiempo.
 
Entonces todo esto me lleva a la pregunta: ¿hacia dónde nos encamina esta obra?  Mi punto de vista es que podemos leerla como el grito poético contra la existencia que se marchita y que el amor- sexo- placer es lo único que nos puede amortiguar la caída, aunque el temblor de piel sea temporal y en algún momento lo prohibido se torne cotidiano. Pero, por otro lado, el objeto amado se presenta como un sujeto que en ningún momento tiene voz propia, sino es sólo silueta, imagen que se extraña o un beso escondido entre los árboles con lluvia. Tal como lo expresa en el poema que lleva el título del libro con versos como:

 El abrazo de mi lengua portadora del fuego / Y también un poco más de besos y palabras como serpientes/ Y también un poco de tu mar en lo prohibido / Y lo prohibido de crisparse pelvis y pelvis / Para robarle el secreto a la muerte.

Así, Para robarle el secreto a la muerte es un paso a una obra en constante movimiento, que va desde el canto enamorado hasta la obsesión del sujeto amado. Y a través del texto recrea tanto la inocencia del aroma de las caderas como el dolor de la distancia de los cuerpos. No sin dejar de soñar que ahí se encuentra el paraíso perdido y olvidado. Pero siempre lo hace desde la apuesta de la poesía, que es el arte donde siempre se pierde y siempre se sigue intentando.
manergo

Por manergo

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