María de Lourdes Barona Salazar

Biografía:

Ambateña de nacimiento (Tungurahua), residente en Chone (Manabí). Escritora. Miembro del Directorio de Aliados de la Lectura del Ministerio de Educación-Ecuador, Presidenta Cantonal de Chone de la Unión Nacional de Artista Populares de Ecuador-UNAPE, Promotora Cultural, Colaboradora académico- cultural. Obras publicadas: Evocación de Amor, Poesía y Leyenda, Antología de la Poesía en Chone, Ricaurte cuna del Rey Chuno, El Artista y yo, Lo que mis padres ignoran, Brújula del Tiempo, Pecado Capital, varias obras por publicar. Miembro de varios Colectivos Culturales locales, nacionales e internacionales.

Sus poemas:

DULCE COMPAÑERA

Evocación sentida 
divina muerte, 
única realidad 
en el camino de la vida.
 
La vida 
es una cruel mentira.

La muerte 
una realidad que vibra 
en cada paso 
 nuestros pies descalzos 
cruzan su avenida.

Sus brazos 
se extienden cariñosos 
y ella nos brinda
la más amplia sonrisa
de bienvenida.



GINEBRA

Ginebra,
alma gemela
de quien te ama
y te espera.

No te impacientes
alondra de mis quimeras.
que el sol enamorado
lance sus centellas.

Es su amor ardiente por Ginebra, 
ciudad bella,
buscando en sus labios
frescos, 
el rocío de
su blanca azucena.



TU SONRISA

El sol de tu sonrisa
se unirá al alba
y coqueta bailará 
al son de la trompeta.

El cielo azul cristalino,
te abrazará inquieto
en busca de un tierno
y delicado beso 
para tus labios finos
perfumados de cerezos.



DESILUCIÓN

No importa
cuántas veces escuches 
la misma canción
será la misma
triste reacción.

El alma y el corazón
cantarán entre 
lágrimas y sollozos furtivos

Los sueños descansarán
en algodonosos nidos
entre profundos suspiros.



LA NOCHE

Al fin, el tiempo que
existe y no existe,
engaña a los tristes
enterrando con vil crueldad
el puñal de su inequidad.

Segundos perversos, 
que dan pena al universo
por sus palabras no muertas.

Agonizante, 
 el reloj del tiempo
convierte en cenizas
sus flores sin pétalos,
yertas posan 
en la oscuridad
de una noche perfecta.



HIJO DE LA LUNA

Canción que enmudece,
turba, apasiona y abruma
y a la vez transporta
a aquel deseo materno
de la luna escarlata.

Y hace nuestro
su sentimiento,
reo de amalgamas
de amor y ternura
maravillosa melodía,
que encanta y atrapa,
con su magia, 
 deseo místico y carnal
-Hijo de la luna-

Mujer apasionada,
Infortunada
 en un mar aterrador de muerte
y de tierna locura
 sólo busca engendrar
el hijo que anhela
    en su agonía 
fruto de su triste fantasía.



MÁGICA NOCHE

Mágica noche de
preludios nocturnos,
de versos íntegros,
escritos siempre con
profundo sentimiento.

Mágica noche, 
de plateados destellos,
donde la luna es la reina
y su cortejo las estrellas.
¡Oh!, luna llena,
cómplice de deseos
y de sublimes sueños.

Si el sol brillara en la noche
y la luna resplandeciera 
al medio día, 
las estrellas
sonreirían eternas.

Bajo esa sonrisa sempiterna
se unirían las almas buenas,
para sellar sus promesas de
amor, a los ojos del Creador.

Cuentos cortos

INDIGENTE CON HONOR

Una mañana llamó a mi puerta un indigente muy especial, diferente a todos los demás.

Érase un hombrecillo descalzo, de cabello negro, pantalón blanco-oscuro, camisa raída, poncho quizás rojo deshilado, de mirada transparente.

—¡Buenos días, patruncita! —me dijo— ¡Una caridacita por amor de Dios!

Me enseñó sus manos prietas y sucias, menuditas, juntas en son de ruego.  Quise darle dinero y me lo rechazó, con una triste sonrisa se expresó:
— “Pancito, machiquita, lo que sea para llenar la barriguita, patruncita”.

Le traje panes y guineos, los tomó con avidez y los guardó en una funda de plástico a modo de un bolso escondido.

Y con un “Dios le pague, patruncita”, volvió a juntar sus manos sucias y se despidió agradecido.



SAPOS y RANAS

Vivo a orillas del río Chone, sus aguas circundan cual vereda mi casa, altos almendros cobijan sus cumbres de verde satén, aves, pájaros multicolores y pequeñas y grandes iguanas se dejan ver.

En la noche, un concierto de sapos y ranas, anunciaban que iba a llover, presurosa salí al patio, fui por mi ropa que estaba en el tendedero y sé que la debo recoger o todo se echará a perder.  

Algo como una piedra saltó delante de mí, y no supe si quedarme quieta o echarme a correr, vi a otra y a otra, y un pentagrama de sapos y ranas, cruzaron saltando por mis pies.

El más grande y atrevido, se metió a mi casa y lo perseguí, se metió debajo del sofá. Moví el sillón sin precaución, y volvió a saltar delante de mí; al mismo tiempo saltábamos, el sapo asustado por mis gritos y yo por sus brincos. 



PRISIONERO DE SI MISMO

Vivir prisionero en este cuerpo, sabiendo que no es al que pertenezco, es sufrir la humillación de sentirme encubierto a los ojos de los que me rodean, sentirme engañado cuando en el fondo, soy yo, al que engaño.

Miro a través de prismas ajenos y actúo como queriendo que me crean algo que a simple vista no es normal, esta agonía la debo soportar durante el día; y, en las noches me enajeno amparado en la oscuridad y en el bullicio de las calles que no alcanzan a identificar ni mentes ni cuerpos, la noche se presta para que miles de enajenados se vuelquen a las calles y hagan de las suyas, unos se convierten en lobos mortales, otros son como las hienas; tantos otros, pululan como murciélagos, no sé si como víctimas o verdugos, casi siempre transitando de norte a sur, en busca de algo, o por encontrarse con alguien como yo, que me entienda y me comprenda; mis actos desfilan introvertidos, movidos por mis instintos y mis miedos.

Por momentos, me tiento a dejar todo y descubrirme tal y como soy, desnudarme en la alameda y decir ¡éste, soy yo! pero me sumo en el miedo y simplemente actúo como todos quieren que actúe: “Como verdadero hombre, que creen que soy”.