Biografía:
(Bilbao, España 1991). A los quince años se le diagnostica una grave depresión, acompañada de agorafobia y fobia social por la cual pasa gran parte de su adolescencia recluido en casa entre novelas gráficas y mangas, que en esos años son su principal salvavidas y una forma de salir de su habitación. Años más tarde se marcha a vivir solo a Galicia, ahí empieza a leer otro tipo de lectura y descubre a los autores malditos desde Baudelaire hasta Bukowski y se convierten en una gran fuente de inspiración para sus primeros poemas; la escritura es un refugio a su soledad. Por esos años es diagnosticado con TLP un trastorno de la personalidad con el que debe luchar cada día algunos con más acierto que otros. La precisa morfología del humo es su primera obra, en la cual plasma gran parte de su sufrimiento al padecer dichas enfermedades mentales, sus traumas y miedos más profundos. La escritura, lectura y música han sido y son un refugio a su vida. Actualmente vive en Anguciana (La Rioja) donde continúa escribiendo y tiene diferentes proyectos que en un futuro espera también publicarlos. Su Instagram: https://www.instagram.com/jonferreiro_autor/
Sus poemas:
La rutina del maldito Quizá, toque encarnar eternamente este cuerpo acosado por la desgracia para descubrir (y descubrir) los efímeros efectos del encanto tropezando constantemente, si toda belleza resultó siempre un sueño demasiado breve y me descubro sin opciones de cambio, cautivo en las mismas decisiones tomadas en esa vida primera porque sospecho, a veces, entre tanto déjà vu que el infierno es un constante bucle que reinicia la muerte. Sin certezas posibles Inestables los conceptos sí, en esa cabeza, baila todo mientras trazo vagas formas con cierta ineptitud, sin asemejarse ni aproximarse a nada: Confusas teorías compuestas por sonidos cambiantes que tratan de formar alguna explicación plausible en esta crónica, en el retrato de un mundo carente de sentido. Diagnóstico Soy esa insignificante ofrenda que solo encontró algún valor en este cruel sacrificio… Si necesita, el impostor, del dolor de mis recuerdos para pronunciarse, con esa voz de la que no soy digno, en este ritual que mantiene abiertas las heridas. El timo y los pájaros muertos Buscar el tiro de gracia, pagar con mi vida, explorando y explotando otros daños cuando no rendían más mis traumas. Solamente oirán apologías del misterio en esta debacle, si entre las estrictas normas aplicadas por la lógica queda tan solo un dictamen indicando que siempre fue inconcebible la paz que soñábamos. Herido de muerte, lidio con el desencanto cómo puedo en esta punición, soportando una fatiga sin propósitos mientras se acerca el final con una lentitud tortuosa (resultando excesivos los días que componen, y limitan, el futuro sin dejar apenas margen de maniobra para acobardarme y poner en práctica mis tretas de escapista). Jamás logramos considerar nada sagrado pero tus lágrimas eran la hemorragia que emanaban mis rasguños y en estos precisos instantes, resulta indiscutible esa teoría de que esta dolencia nos resultaría terminal. Queda pendiente otorgarme, sin misericordia, la culpa para tratar de hundir más nuestros cuerpos en este lodo (arrastrándote yo a ti cómo un macabro homenaje de nuestro imperfecto amor) porque jamás podrá regenerarse el enigma en esta fase de horrorosa claridad, pero… Sintiéndote demasiado lejos de lo que un día resultó nuestro desastroso cobijo quiero, egoístamente, imaginarte triste en algún lugar cuyas coordenadas desconozco, sufriendo todavía los estragos que me afligen para que si algún tipejo osa abrazarte tenga que mancharse con mi sangre. Programado El vicio de la tendencia estableció las leyes de la inercia que me arrastra hacía tu dormitorio mientras... Catalogamos de hechizo ese magnetismo que carga con la culpa de este pésimo automatismo: Estoy obedeciendo como es costumbre ya, niñata consentida y voy camino de tu casa para ofrecerte el viejo espectro que me posee... Tan solo... Sigamos fingiendo que es tu encanto lo que me empuja porque ni yo mismo recuerdo la naturaleza primaria de esta fuerza, a la que hace tiempo, me abandoné. Enfermo En jaque. (Se generó la luz contra el yugo de las tinieblas, toda existencia es una confrontación persistiendo condenada hasta que cesa el pulso) Inservibles mis ojos en este desequilibrio de fuerzas pero me empeño en buscarte reina entre los escasos restos que dejó la negra ofensiva para resurgir y contemplar tu belleza de nuevo vuelto lo amorfo, certidumbre y otorgar así, piedad a la oscuridad dotando la atmósfera de ese tiempo de oxígeno cuando nos riamos de la sentencia pronunciada por esa sibila que fingió ver en ruinas todos aquellos hospitales: Cristalización de lo opaco mostrando una x que te tachaba donde llegará mi tacto a tu piel, otra vez despojando de disfraz lo imposible, posponiendo con esa ansiada tregua el desenlace inevitable de esta guerra.