(Lima, 1986). Docente y escritora. Cursó estudios superiores en la Universidad Superior de Ciencias Aplicadas (Publicidad) y cursa la carrera de pedagogía teatral en la Escuela Nacional Superior de Arte Dramático. Ha publicado en las antologías Rocío de poemas (2017), Versos de primavera (2017), Versos de cristal (2018) y Amor poético (2019) de la Sociedad Peruana de Poetas; así como en los poemarios de poetas reunidos El peligro de estar vivo (2018), Al lado del camino (2019) de la editorial independiente Ediciones Marginales y El mar no cesa (2019) de la editorial Ángeles del papel. Su primer poemario personal publicado se llama Pavo real (2019). Ha sido directora editorial en Ediciones Marginales; y en la actualidad, es fundadora y directora de Pléyades Ediciones (Perú).
Sus poemas:
Herida
Cuando una mujer escribe
todas las personas que moran en ella
se proyectan en el espacio
sus animales se revelan
se lucen con autoridad.
Cuando una mujer escribe
muere amateur
nace sensei
explota en la herida.
Lloregua
Cuando la yegua murió
se reunieron los machos
cada uno con un pañuelo decente
la yegua murió varias veces.
Cuando la yegua partió
su clan se dispersó
cada uno con un sueño sin dientes.
Renació la yegua
murieron
los machos los pañuelos la decencia.
Renació la yegua
se reunieron los dioses
entregando
mandíbulas dentaduras lenguas
a la familia de sangre del muerto.
Varias veces renació la yegua
el dolor de sus glúteos mató a las bestias
hincó al cariño mortífero
el dolor de su pelvis caminó por el desierto
[ donde no existe animal ]
el cariño fue su confesor.
Varios meses venían el dolor y el cariño
a ultrajar a la yegua
el llanto era sangre para caníbales
el agua bendita de los ojos
la lubricó
la volvió inmune
la hizo inmortal.
Carta de una ramera
Me he acostado con muchos hombres tristes, pero nunca con uno más destruido que él.
Cuando me dijo sácate la ropa, frotó su dedo índice en su sien y cerró los ojos en un tierno ademán. Evitó mirarme en todo momento y sentado respiraba nuestro aroma esperando mi cuidado, mi sexo y mi amor. Me dio tanta empatía su soledad que me esforcé mucho esa noche por cuidar de la pena que embargaba a tu hombre.
Sus manos en mi cuerpo remaban en mi piel como un marinero en búsqueda de algo más en plena oscurana de altamar; algo que yo no supe entregarle. Su añoranza sonaba en sus gemidos; y su sonrisa a párpados cerrados, me hacía sentir aquella musa que invadía su mente abordada por ti.
Cada postura él la lloró contigo, cada momento él lo deseó contigo; y cada vez que llegábamos al Olimpo, al pie de la entrada estabas tú.
Un consejo de ramera a coqueta, deja esa vida y ve tras él.
Riqueza femeninaIgnoramos nuestra verdadera estatura
hasta que nos ponemos de pie.
EMILY DICKINSON
Existen otros pavos reales dentro de ti
de esos solo conoces saliva uñas y estiércol
de esos no sabes cuándo abrirán sus alas
jactándose de ti
la belleza de sus aspectos es ocre
(están escondidos porque la vida se pasó muy
rápido / están llorando)
los sientes revolotear
pero este mundo caótico los cohíbe
(se acarician entre ellos / husmean tus costillas)
¿por qué no le has mostrado tu realeza a los
muertos?
(pregunto)
los pavos reales son la virtud liberada
son una torre muy alta
una hembra alfa
una leona por sus hijos en la montaña
una luna en la mañana
atraviesan tu piel en la oscuridad
rompen la dermis de tu miedo
el brillo de sus alas es tan claro
que al elevarse con superioridad
los hombres no podrán con tu luz
(estás pariendo a los condenados / atraviesan la
zanja / atraviesan la zanja / la atravesaron)