Biografía:
(Caracas, Venezuela). Escritora, actriz y artista visual, trabaja la performance y la video-poesía como un medio de expresión para sus escritos. 

Define su proceso de escritura como una ceremonia de auxilio, un encuentro con el dolor, el amor y una reconciliación, en ocasiones, con ella misma. Se muestra ajena a cualquier tipo de censura, plasmar lo que en ella se encuentre, sea simple, sutil o por el contrario visceral y corrosivo, conforman la verdad de su voz poética. 
Los temas que abarca en sus escritos oscilan entre el amor y el desamor, la soledad, la palidez del olvido, la nostalgia, la muerte, la naturaleza y todo lo sagrado que encuentra en ella, hasta lo abstracto y existencialista. 

Ha sido publicada por las revistas: 

NJOY Magazine Spain (España)
Revista Kametsa (Perú) 
Asociación Cultural Internacional Ergo (Perú-España) 
El Guardatextos (México) 
Revista Letralia (Venezuela) 
Revista RE-LENTE (Venezuela) 
Nueva York Poetry Review (EE.UU)  
 
Es miembro de la Asociación de Escritores Hispanos (AEHIS) y su revista Litterae, siendo parte de su antología poética, «Por amor al arte». 

Es representante y embajadora del Movimiento Cultural Internacional Ergo en Venezuela a través de la Revista virtual Pulsión Poética. 
 
Próximamente, será parte de dos antologías poéticas, la primera, en homenaje a la poeta española, Pilar Paz Pasamar, en la cual fue mención honorífica en el II Concurso Internacional de Poesía J. Bernavil 2021 y 5ta finalista del mismo por su poema "Luciérnagas". Isaura, fue elegida como "Poeta del año 2021" por la misma firma editorial. La segunda antología, será publicada por la  Revista Kametsa de Perú. 

Actualmente, Isaura escribe su primer poemario.


Su instagram: https://www.instagram.com/isaura.duart/

Sus poemas:
Viscosidad

Murmura manso su flotante lamento
el frío de un enfurecido viento. 
Sordo pesar de la azucena 
despojada
pureza atormentada por 
una mancha violada. 
El agua recoge flores cándidas y lejanas

fémur
 roto
 de amor 

un difunto cielo agita callado el silencio.

Viscoso recuerdo irrumpe mi calma, 
arranco los tendones que hoy me ahogan y entrecortan sucumbiéndome en asfixia. 
He perdido la laberíntica estrechez de mi cordura, 
se ha diluido en surcos 
de polvo en el vacío. 

Escarchados ojos, veo la tinta lanzada al espejo en donde escupí la última pildora amarga que tenía… 
Revivir las horas de una jaula rabiosa,
de una violación prematura, de un resplandor que se apagó a la fuerza. Narcóticas memorias. 
Diluvio y néctar escapan de mi efigie al seno de una placenta en movimiento en donde no logro sostener el alarido de mi pecho. 
La angustia se incrementa cuando 
se rompe la paz de la inocencia. 

El hielo se hunde tragado por un aliento lento de madrugada oscura. 
Me fugo al ahora en donde tampoco estoy, 
el sueño reposa desnudo, 
dulce néctar de abejas cubre mis heridas. 
El viento profesa silencios.
Y aún, la noche se me hace antojo, 
soy retoño bajo la nieve, 
soy un alma despeinada al alba, 
vagando… 
Vagando cubierta por ríos dorados de miel en las venas. 



Cabalgata nocturna 

 «Mi bóveda de carne quemándose en la nada sospechosa de una flor»

Construyo mi muerte debajo de esta carne
en donde no existo.
Soy lejanía, placer, polvo, fatiga, 
supresión y ruptura de un espíritu
tendido en la perpetuidad. 

La tensión corpórea es hollada 
por flujos en las células de mi sangre
reflujo de tierra y roca negra. 

Manos de mi madre
–simbología perfecta–
libertad cristalina 
Opio, cocaína y heroína 
de mi Ser niño
 
Humos tiemblan y chocan contra el pensamiento de un mundo postrado

Náusea y furia agujereando mi lengua convulsionada de bostezos 

Gérmenes los hombres que endurecen el absoluto de un firmamento azul devorando mis ojos cabríos. 

Veo correr caballos testimoniales compasivos
desconfigurando mis angustias en su galopar perfecto. 

Franqueza de mi vida que me veo turbia
y me desnuda la renuncia  
de una cabalgata nocturna. 


														Él…
        											   Ave

     Desde el inicio de la tierra oculta

     como la suspensión 

        de un todo eterno

    Y qué es
    estar
    o no estar,
    si en ti,

        me disuelvo…



La sangre me riega

He tenido fiebres indetenibles en el pecho. 
Peco por no asistirme, sí.
Pueden acusarme y no me importará.

Confieso:

Me he teñido de días ciegos,
y me digo, 
también ellos deben ser alabados
en estos espacios míos
donde la sangre me riega.

Me pongo de rodillas
y rezo junto a estas flores que ya pronto se irán,
quizás más temprano pero al igual que yo,
aunque las deje reposar
románticamente
entre las páginas de algún libro.

Y entonces me detengo y pienso... 
¡Aquí también hay belleza!

Aunque esta sangre no sea la de parir,
aunque sean raspaduras de piel y carne y alma y hueso. 
Quizás sí y quizás más 
de ojos y caminos flotantes... 
Y, aunque les parezca
que hoy me les otorgue casi marchita,
tengo la suavidad de las almas serenas.



Escamas muertas

Extendida veo su alma en el mar 
rompiéndose en alientos, 
sujetándole los gritos al puño que la golpea siempre a ciegas. 
Cerillas bordean sus pies
en un intento inútil de alumbrarse. 

Sus ojos
galopan
en el olvido

Féretros diurnos se posan en su frente fragmentada de clavijas. 
Las almejas se alejan con sus valvas. 
No hay bocado ni delicia ya para su boca
Ni para la mía. 

Se van ahogando
respiro a respiro, 
los espantos de su cara muda, 
como un pesado fardo de penumbras entretejidas por alfileres hirientes. 

Cosida como tela inútil y desgastada... 

Ella:
Calla
Gime
Palidece

¡Se caen sus ojos! 
Son escamas muertas. 
Pestañas trituradas
que se despiden
en el último beso del abismo
en el que se le cierran
las grises puertas de la vejez.



F i s u r a s

Han dicho que hay algo que no callas, 
que desprendes desde las fisuras de tu aliento;
dicen que hueles a nombres que no hallas,

	anclados 
		a tu memoria 
			fijamente

		Entre lirios y fantasmas.

manergo

Por manergo

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