(Ayacucho, 1981). Docente de la Especialidad de Español y Literatura. Presidió la organización II Congreso Nacional Lingüístico Literario «Manuel Scorza» (Ayacucho, 2005). En el 2011 mereció el segundo lugar en el XX Concurso Nacional de Educación Horacio con el trabajo: Tras las huellas de Arguedas: aportes a la educación peruana. Ha publicado el poemario Diario de los suburbios (Pasacalle, Lima, 2010). Tiene estudios concluidos en la Maestría en Escritura Creativa por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Ha publicado artículos literarios y culturales en la revista Consentido desde el 2014 hasta el 2016. Participó en el VI Encuentro Internacional de Escritores (Tarija, Bolivia, 2011). Sus poemas han sido recogidos en las antologías Castillo Azul (Tarija, Bolivia, 2011), Confesiones de un descreído (Eclosión, Lima, 2012), 5to Festival Caravana de la Poesía (Amarti, Ayacucho, 2012), Bosque de Letras. Antología literaria de la maestría en Escritura Creativa de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (Otra Mirada, Lima, 2018) y en la revista de literatura y cultura Ínsula Barataria (Lima, Perú, 2015).
Sus poemas:
Autoconfesión
Confieso que soy niño,
que aún vuelan cometas por mis calles.
Confieso que te miro
sin que mis ojos logren atraparte.
Confieso que no leo, que nací ciego,
que soy reflejo de un sol que apenas arde.
Confieso que fui sueño, chispa, hoja al fin
que se apagó al incendiarse;
que en el vuelo perdí las alas
que olvidé el espesor de tu sombra.
Confieso que no soy yo, que soy el otro
que no encuentra la palabra exacta
para decirte que estos versos
los hice buscando la esperanza.
Canto bajo una piedra A María, con otro nombre,
"ya lejos para siempre de Belén"
Retornaré por aquel camino
con la guitarra que descubrió tu nívea sonrisa.
Volveré por tus huellas que un día
marcaron de azul el desencanto.
Volveré para encontrarte solitaria
sobre la noche de una piedra
que gotea las angustias
de un beso que se hizo melancolía.
La mosca azul
Aquí estoy
guarecido entre ramajes,
visitado por arañas y reptiles siniestros.
Con las manos aún libres
para quebrar el rastro de alguna araña.
Con las manos sobre el rastro y los pies en el viento
Aquí estoy, con alas (sin ellas) batiéndolas,
Intentando, tal vez, el último vuelo…
Esperando, quietamente, muerte rastrera.
El vuelo de la palabra
Una carta se descubre en la mañana
raro animal a techo descubierto
¿o es que el puma con el ciervo se hermana?
¿una carta extraviada? No es cierto.
¿Pero quién no abandona alguna carta?
yo olvidé anoche todo el alfabeto
como buey que del águila se aparta
dejé al borde del puente mi esqueleto.
Se oye un crujido. Algo se ha quebrado.
Un puente sin hombres, vértigo, sol y calma
Vuelan palomas negras desde el abra.
Lo he sabido hasta ahora, resignado.
Se escaparán los símbolos de mi alma
morirá para siempre la palabra.
Orilla
Algo se ha roto esta noche
y ha dejado en la orilla una carta.
¿Quién no olvida una carta?
Yo olvidé ayer todas las palabras
que soportaban un puente.
Algo se ha roto y por este puente
ya no cruzará mi camisa,
ya no volverán las palabras.