Biografía:
(Salto, Uruguay 1983). Ha participado como poeta y ensayista en diversas publicaciones del underground salteño y montevideano. Músico y comunicador, realizó y colaboró en la producción de contenidos de varios programas radiales, plataformas virtuales, etc. En 2010 creó y condujo “Subterráneo”, programa radial dedicado a la divulgación de literatura, música y activismo social, emitido por Iskra, radio comunitaria enclavada en “Los Nogales”, barrio marginal de la periferia de la ciudad de Colonia del Sacramento. Ha participado en obras de teatro como dramaturgo, actor, utilero, iluminador; en murgas, como letrista, cantor, utilero y en comparsas de candombe como tocador y compositor de canciones. Vocalista, compositor, guitarrista y percusionista en diferentes agrupaciones de folklore y rock and roll, actualmente participa como compositor y baterista en dos bandas uruguayas, al tiempo que se dedica a la poesía, la declamación, el teatro, la iluminación escénica, el sonido y a oficios como la carpintería y la herrería abocadas a la creación de elementos de utilería, escenográficos y juguetes didácticos de la línea Montessori.


Su instagram: https://www.instagram.com/moski_too/ 
Sus poemas:
BARBUDO (Beso amarillo)

Sordo acopio de razones
que salen a detenerte,
y un barullo de partida
conversándote en las sienes.

La poética molestia
que me tomé entre tus rocas,
hoy empapa mis papeles
con tus lágrimas remotas.

La intemperie y el hogar
No son nada suyo
Pienso en mi palacio
Barbudo de yuyos

Con famélica fisura,
llevas tu vela apagada,
en la procesión ausente
de capuchas apuradas.

Chapoteando en las cenizas,
como un rocanrol sin botas;
dos milongas permanecen
confinadas en mi boca.

La intemperie y el hogar
No son nada suyo
Pienso en mi palacio
Barbudo de yuyos

Esa pléyade vacía,
suele soplarle estribillos
a la oreja que descuidas
con cada beso amarillo.

Nuestra onírica vigilia,
escudriñaba el ladrillo;
hoy asustan los grilletes
con que adornas tus tobillos.

Los abrazos y el morir
No usan espejos
No aprendieron a mentir
Jamás serán viejos

Terco hábito que insiste
en penetrar la materia;
si mis versos te sublevan,
pateá tu lata de histerias.

Le das garrote al espejo,
con la saña del milico;
el espejo queda intacto,
tu reflejo se hace añicos.

La intemperie y el hogar
No son nada tuyo
Pienso en mi palacio
Barbudo de yuyos

Hay una viola gregaria,
que no nos tiró los tonos,
y sin palabras violentas,
parimos un abandono.

Cuando dejes la trinchera,
tenemos listo el pañuelo
y nuestro cajón peruano,
para todo tu consuelo.

Los abrazos y el morir
No usan espejos
No aprendieron a mentir
Jamás serán viejos.



DESCALZO

En los zapatos de seguridad
viven los ingrávidos empeines 
de un poeta.

En los caros mocasines,
los roñosos talones
de un mendigo perpetuo.

En un par de botas artesanales,
con dedicatoria distanciada del control,
viven los escuálidos dedos
de un convicto libertino.

En un campito
con más tierra que grama,
descalzos,
viven mis pies,
risueños.



LAS CUERDAS DEL VERBO

El apagón desparrama sus esquirlas en el piso
Si hasta casi me dio pena al tropezar con sus añicos
Fue tan poético verte derretirlo con los labios
Pulsar las cuerdas del verbo con las yemas de tu lengua
Cantando fecundidades, dislocándome la niebla

El pulso de la fe es un cairel de tu vestido
La vida es el gran árbol que cuelga de tu nido

La voz da paso a la mano que sin dudar se incinera
Sumergida entre las piernas de tu mirada serena
Cinco tizones de incienso, mis dedos recién creados
Donde el lápiz de tu arrullo, traza un remanso en el río
Cantando fecundidades, dislocándome el olvido

El pulso de la fe es un cairel de tu vestido
La vida es el gran árbol que cuelga de tu nido



EL CADÁVER QUE LLEVABA UN CADÁVER

Llega
Se saca la camisa
La cuelga de la silla
Se saca su cadáver
Todos cortan la charla
Desde la veladora
al porrón de ginebra
Pasando por los libros
los dibujos de Rodri
Se sienten erizados
Cuando se le revientan
Los nervios y el tabique
La guitarra se agacha
Para que no la mire
Para que no la toque
Se desangra en la cama
Y espera como anoche
El imán del subsuelo
Donde su peso muerto
Se apaga, se hace verso
Se lee, se levanta
descuelga la camisa
Se pone su cadáver
Y sale nuevamente



EL INSUFRIBLE DON

Sigue allí
Impasible
Empuñando su filosa
Botella quebrada
Se sienta en esa piedra
Que me conoce
Desde las intemperies primitivas

Nunca sabré exactamente
Qué es lo que tanto le gusta
De mi garganta
De mis cuadernos con olor a tabaco
Del tranco de partida de mis botas

Simplemente sigue allí
Perenne
Sublevando la fatiga de mi pieza
Con su continua y añil tenacidad
 Aguardentando indolente
Los lisérgicos planetas
Que visito por la noche
Y brinda copiosamente
Por mis curdas vomitivas

Ya mi tranco de partida
Tiene el insufrible don
De disfrazar de intemperie
Todo vestigio de amor


HARAPOS
           
 Ya tengo el traje roto. 
Me parecen tan cortos 
los intervalos 
entre cada cambio de piel... 
Este último traje 
que me habían festejado, 
fue el más extraño hasta ahora. 
Pero ya se rompió. 
Espero, 
sus harapos no me impidan 
ponerme el traje nuevo, 
mañana...
manergo

Por manergo

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