Piura 1987. Escritor, docente y periodista. Actualmente radica en Ica. Estudió Filosofía y ejerce la docencia en el nivel secundario y superior. Anarquista confeso. Ha participado en la Antología Nueva Poesía Iqueña y Antología Poética Arawiy. Es miembro fundador del Circulo Poético Arawiy.
Tiene publicado una serie de plaquetas y ha participado en concursos a nivel nacional, participa en movimientos culturales y concursado en el Slam de Poesía Oral. Ha participado en Poetas en la Arena, Caravana de Poesía, Enero en la Palabra, Encuentro Regional de Escritores y Artistas de Ica, Encuentro de Escritores de la región Lima Provincias, entre otros.
Sus poemas:
EL LABERINTO DE LOS ANHELOS
Te despiertas al pie de la caverna,
las esquinas del estrambótico sueño
atrapan los anhelos,
que alejándose del sonido
de tu voz,
se ahuyentan.
El piso,
siempre el piso,
sucio,
con los ruegos del último ron,
el vómito de los desconocidos,
el mío,
ese que fui ayer,
que se encuentra perdido en otros mundos,
regresado a la vida de
los vamos,
ya es tiempo.
El laberinto de los anhelos,
anhelar
helar,
idos,
¿han de vivir
estos ratos errados,
en algún lado, inversos?
Salir la mañana,
la tarde,
hallado, oculto en la noche
entre los rocíos nocturnos que empañan las ventanas de los escapados del otro lado,
regresado de los suspiros
que acaecen en la tragedia del tráfico
hora punta.
El espejo
lejos,
nunca visto,
en las variaciones exactas
llenas de números,
van
vienen,
se estrellan contra los ojos
se reflejan así mismo
en las lágrimas que nunca caen,
que se quedan,
estáticas repiten el espejo
que no es parte del cuarto,
caverna
hecho laberinto.
Ido
huido,
echado de la caverna
obligado al placer de ser encontrado
alcanzando por la obviedad
la calle
los zapatos
las líneas que cuentan los paños de las veredas
excusa de algún ingeniero
hundido en su propio estiércol,
odiado por los otros
callados,
y que la hipocresía se encarga de denunciar.
La noche se asesina
en los espejos
en los ojos compuestos de los millones
de los muchos cómplices,
que anhelan en los ratios del mundo
despertar en otro mundo,
otros espacios
con otros dioses
otros laberintos
otros anhelos
otras cavernas alquiladas
otras huidas trágicas
más que la vida
del yo
que es
un decir
perdido.
EL CIRCULO SECRETO
Siempre supe que tenía un secreto
guardado en una rama del árbol cerca de casa,
ahora que no está
¿a dónde iré?
con los silbidos inocentes.
La dueña cortó las ramas
me dolía tantas veces
-con razón-
las culpas
las despedidas,
-maldita sea-
nunca me di por entendido,
dolió tanto.
¿El secreto?
creció tanto,
que fui a veces él,
siempre un apagón
un suplicar
que gritaba en el círculo atmosférico
de los cuerpos serenos.
Ahora que tengo
nada,
-¿A dónde fue el espanto?-
nacer
explotar
morir
volver a ser
no ser
alar
para no quedar suspendido en un byte
sin frecuencia
solo
minúsculo
como los espasmos de un hinchazón
de algún muerto reciente.
Si te hubiese llevado escondido
entre las vísceras de este cuerpo
curvado,
-si tan solo-
pero hay,
penas
nostalgia de los hubiera,
sin poder regresar el tiempo
para acortar las horas
tomar las monedas de la cartera
comprar los números ganadores
ganar
perder
ser más infeliz
tener dinero
ser dueño del mundo
de los millones de secretos escondidos en
todas partes
esos que no fueron extraviados
cortados
como el secreto entre las ramas.
Es tarde
he perdido mi secreto
quedó gritando
solo
aullando las palabras
-no lo escucho-
pero me llama
yo me acerco y se aleja
es como si alguna fuerza
centrífuga
contradictoria
nos alejara
todo el tiempo
y solo sirva para escribir poemas
para encontrarlo
acercarlo a mis dedos
esculpir en los papeles que se extinguirán
en que,
cinco
diez
mil años.
¿Crecerán acaso otras ramas?
¿Las cortarán?
¿Nacerá otro yo?
EL LAGO DE LOS ESPANTOS
L’Humanité publicó alguna vez
el hallazgo de un lugar
fuera de las coordenadas parisinas
lejos de los flashes
cortinas
y llamadas periodísticas,
"Lac des Scares"
en la portada principal.
La noticia rodó hasta las entrañas
de Lima grisácea
presurosa la noche se tragó
la edición
las columnas,
todo lo redactado por saber quién
es ahí donde entendí que las cuestiones esenciales
se encontraban pegadas en las luces dormidas de los oficinistas y redactores.
El lago de los espantos reseñaba
mientras se escapaba el exilio de mis ánimos,
en la cruz de mi coartada
vías
el humo tóxico que se mezclaba en ese ¿Dónde estás?
me hacía minúsculo ante tu mirada,
anchas todas
solaz
sin compañía
esperando despedirse de mi rastro.
La decrepitud se expande en los rincones de la memoria
el odio extrañándose de sí mismo,
y, me sentí perdido
ausente
sin ser
irrepetible
en la llanura de los cristianos sepulcros
tan igual como las portadas de los diarios chicha
que hacen de basílicas
¿Hoy es fumata blanca o negra?
El lago de los espantos
eran una verdadera historia que merecía ser escrita
perdida en las criptas de los periódicos
sujeto a la reseña
me sentí un lago
sereno
observado
descrito
odiado
como una llamada del tema principal.
ESCALOFRÍO ATÓMICO
Yo tuve un gato negro,
se perdió
en la oscuridad
tuve el sufrir suspendido por tantos años
que se volvió frío.
Ahora que tirito en invierno
siento que se acerca entre mis miedos
mido la quietud de la madrugada
y me golpeo el pecho por la flema
que se estanca en mis vías respiratorias
ese gato negro
siempre sueña con los restos
debajo de la mesa
vuelve y se queda entre mis piernas.
Siento un escalofrío atómico
como si fuese el primer hombre en pisar marte
pisar el hades
visitar a dios en los odios de otras mentes
tan frío.
¿Y hoy me visitas?
porque no esperas
a que pierda el miedo a escribir cuentos
novelas
escribir sobre mi vida y la tuya,
antes que mi Toshiba termine de explotar
o que el litio de la batería se escape
entre las rendijas,
-bendito gato negro-
yo te tuve un día
te perdiste
y hoy vuelves junto a los miedos
trastornando cada átomo
de mi cuerpo
con el frío que se escabulle por la ventana.
Yo tuve un gato negro
se perdió en la oscura piedad
de mis ruegos
no volvió solo
trajo consigo estos cuadros psicóticos
muestra de mi impiedad ante los dioses ocultos
yo tuve
como todos
un gato negro
que siempre vuelve
sin que lo llame
se acurruca en los lugares menos pensados
le doy calor
y espero que se vaya
dejo abierta la puerta
para que se escape en la clara oscuridad
pero siempre vuelve
no se va
está
nunca lo dejo.