Amanda Pazmiño Torres

Biografía:

(Quito-Ecuador, 1993) Profesora de Literatura e Inglés. Directora del taller de escritura poética “Capturar el instante”, “Palabras para volar” y “Mi primer poema”. Realizó su maestría en Estudios de la Cultura (UASB, Quito). Primer premio del Festival de poesía “Ileana Espinel” (Ecuador, 2019). Mención Honorífica de Poeta del Silencio, Editorial J. Bernavil (España, 2022). Presidenta de Ergo Ecuador. Sus poemas integran varias antologías, entre ellas: Metáforas de un cuerpo (Dadaif, 2014), Cigar city poetry journal (2018) y Alma Adentro (El Conejo, 2018). Sus publicaciones digitales constan en diario El Ciudadano (Chile), La Ubre Amarga (Bolivia), La raíz invertida (Colombia), Revista ERGO #06 Julio Carmona (Perú), Revista Montaje (Chile). Su primera publicación independiente se titula Recorrido de abismo en 2017, (Editorial Despertar, Loja-Ecuador). Su primer libro de poesía que nació gracias al Premio Ileana Espinel Cedeño 2019, se titula Les hablaré de ti a todos los mares que fragüen un hogar en mis ojos y se encuentra disponible en Amazon aquí: http://mybook.to/AmandaKindle. Publicó en el 2022 La primavera entre tus manos (Ergo Editores), plaqueta que consta en su cuenta de Amazon. Su poesía ha sido musicalizada por Lobo Lawen y Arkay Koo, músicos chilenos especializados en el género folktrónica andina.

Sus poemas:

Fascinación por una rosa

Amo la sagacidad
con que las rosas
jalan hacia ellas
el ojo humano
y despliegan tanta vida
explayada en rojo fuego.

Me fascina aquel cuerpo 
estremecido
cincelado en la rosa:
candor de pétalo
ajustado a otro pétalo.

Abrazan
y conmueven
las espirales que la forman 
en medio de los valles
que el cosmos engendró
en el centro de la Tierra.

Son murmullo de pasión,
elixir con espinas:
revelación perfecta
de la palabra amor.

Cada rosa contiene
el color de mis venas,
y alienta a los amantes
extasiarse por su fulgor.

Nunca existirá
flaqueza o farsa
en el regazo de una flor.



Lo natural es el amor

Arroparnos de ternura,
abrigar el gesto puro,
renacer la dignidad
con toda el alma
impregnada de milagros.
Besar nuestras manos
como a un pensamiento claro,
adoptar la suavidad de un picaflor
y su frescura,
que tú eres el canto, el tiempo y el fuego,
la plenitud de lo eterno
conjugado en silencio pleno,
bordando la luz que nos abraza.



Ser mujer…

Reconocer que la fuerza del río te protege y canta:
entrar en él, revivir su esencia.
El agua de la Tierra, madre y energía femenina, te alimenta.
Sabrá ser como el agua el contenido de tus palabras.
Sabrá ser el río tu propio semblante.

Con el tiempo se pulen los versos
y se sostiene el lenguaje como a un templo.
Crecerá un jardín para ti y para quienes honran tu presencia.
Habrás hecho lo que nadie: dar claridad.

Ahora te iluminas de rocío la piel y los ojos.
Conjugas firmeza, calma y traes la presencia de Dios en la Tierra.
Sabes danzar al abrigo del sol y la complicidad de la luna.
Haces de cada paso tu fe, un rezo sagrado.

Tan solo acaricias la sutileza de la que nace un gesto.
Sabes sostener y dar la mano:
defiendes la vida.
Comprendes otros reinos y a las aves que cantan perfección,
aprendes de ellos el amor de su tono y expansión.
Tu reflejo es la entereza de un árbol.

Sabes cuándo cerrar los ojos.
Sabes recordar y acoger:
acariciar tu rostro y el de los tuyos.

Sabes distinguir severidad de fortaleza.
Armonizas al expresar la vida toda; a ella perteneces.
Floreces porque cada voz así lo aclama.
Abres el corazón al amor y al perdón.

Hay valor en tu mirada, encaminas el pensar.
Andas despacio.
Te integras al equilibrio.
Envejeces y ríes, en ese orden.
Dices antes de partir: todo ha fructificado.
 


Realidad

Siempre estoy protegida
y dichosa por mi abrazo,
dichosa por mi mano que siente
y expresa ternura.

Siempre sea nuestra sonrisa
el origen del día.
La transición de la luz
regocije mi cuerpo.
La bendición de ser feliz
transite nuestro hogar
para abrir la frecuencia divina
y habitar ese estado natural.